LA SOBERANÍA Y LA GRACIA DE DIOS el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo en la Creación, la Providencia, la Revelación, la Redención y el Juicio Final.
LA BIBLIA ES LA INSPIRACIÓN DIVINA y por ello la credibilidad total y absoluta de que en ella está el contenido de la verdad sin mezcla de error. En ella reside la autoridad y la enseñanza a la que está sujeto todo juicio que se forme de la conducta, las creencias y las opiniones humanas.
EL HOMBRE ES PECAMINOSO y está alejado de Dios, y esto conlleva una condenación.
El SACRIFICIO DEL HIJO DE DIOS ENCARNADO, único fundamente suficiente de redención de la culpabilidad y del poder del pecado, así como de sus consecuencias eternas.
La GRACIA DE DIOS ES LA JUSTIFICACIÓN del pecador por medio de la fe en JESUCRISTO, crucificado y resucitado de los muertos.
El ESPÍRITU SANTO ilumina, regenera y santifica a todo creyente.
El SACERDOCIO UNIVERSAL DE TODOS LOS CREYENTES que, en la unidad del Espíritu Santo, constituyen la Iglesia Universal, el cuerpo del cual CRISTO es la cabeza, comprometidos por el mandamiento de su Señor a la proclamación de Evangelio a todo el mundo.
El RETORNO VISIBLE DEL SEÑOR es la esperanza de los creyentes en Cristo, en poder y Gloria, la resurrección de los muertos, y la consumación de Reino de Dios.
El BAUTISTO CRISTIANO es la inmersión en agua del que tiene fe en Cristo, hecha en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, a fin de proclamar mediante esta la fe en el Salvador crucificado, sepultado y resucitado. El bautismo es requisito previo para la comunión y privilegios de una relación eclesiástica.
Creemos que la Biblia enseña que la CENA DEL SEÑOR es cierta provisión del pan y del vino, que representa el cuerpo y la sangre de Cristo, y que de ella participan los miembros de la iglesia reunidos para el efecto, conmemorando así la muerte de su Señor, proclamando la fe que le tienen, su participación en los merecimientos de su sacrificio, su necesidad de que les suministre vida y nutrimiento espirituales, y su esperanza de vida eterna en virtud de la resurrección de Cristo de entre los muertos; y que debe preceder a su observancia el examen detenido de sí propio de cada participante.
Creemos que la Biblia enseña que el DIA DEL SEÑOR es el Domingo, primer día de la semana, y que se le ha de consagrar a los fines religiosos, absteniéndose el cristiano de todo trabajo secular que no sea obra de caridad, amor, misericordia, y necesidad, valiéndose con devoción de todos los medios de gracia, privados o públicos y preparándose así para el “descanso que le queda al pueblo de Dios”
Creemos que la Biblia enseña que existe el GOBIERNO CIVIL por disposición divina, para los intereses y el buen orden de la sociedad humana, y que debemos orar por los magistrados y gobernantes, honrándoles en conciencia y obedeciéndoles, salvo en cosas que sean opuestas a la voluntad de nuestro Señor Jesucristo, único dueño de la conciencia y Príncipe de los reyes de la tierra.